Perfect Day
Sería un buen ejercicio el que cada cual cogiera un papel y escribiera, como aconsejaba nuestro Buñuel, lo que gusta y disgusta, lo sencillo y lo complejo, lo que existe y lo que no existe, al fin y al cabo lo que nos hace sentirnos bien.
Hay quien gusta de encontrar rincones solitarios en la naturaleza y perderse en ese encuentro, o quien escribiendo un párrafo cualquiera siente un placer enorme porque fluyen experiencias desconocidas y entiende el significado de sutilezas perdidas. Los hay quienes disfrutan de una tarde de amigos y sencillo trato, el que harto de tanta oficina le fascina caminar por el huerto de su abuelo y encuentra explicaciones con mucho sentido y poco sentido a tanta presión cotidiana.
Están los que tristemente se alegran porque se benefician vendiendo armas, y se alegran porque cada hombre que muere, de hambre o de bala, engrosa con algún que otro decimal la ristra de dígitos de su cuenta corriente. Esos hombres siempre salen sonriendo en las noticias, pero además, para oprobio del resto, dan argumentos vacíos, hipócritas y sin convicción.
Pero que hacemos el resto, los que no tenemos ni buscamos tiempo para recuperar nuestros sencillos placeres? Perdemos el tiempo hasta que llegue el día en que miremos hacía atrás y sintamos arrepentimiento? Qué es lo que nos conduce siempre hacía adelante y no nos deja tiempo para reflexionar en lo que queremos? Es acaso la corriente del río? o acaso el grito de los demás que nos empuja hacía ellos?
Perfecto Día.
Acaso no sentimos placer cuando vemos que los demás no son desgraciados? o es que nos hemos hecho de mazapán cuando vemos como la gente muere de hambre y nosotros optamos por un mejor coche?
Qué es un día perfecto?
Acaso apretar el botón rojo? ese que temían en la guerra fría?
Hasta dónde hemos de llegar?
Hay quien gusta de encontrar rincones solitarios en la naturaleza y perderse en ese encuentro, o quien escribiendo un párrafo cualquiera siente un placer enorme porque fluyen experiencias desconocidas y entiende el significado de sutilezas perdidas. Los hay quienes disfrutan de una tarde de amigos y sencillo trato, el que harto de tanta oficina le fascina caminar por el huerto de su abuelo y encuentra explicaciones con mucho sentido y poco sentido a tanta presión cotidiana.
Están los que tristemente se alegran porque se benefician vendiendo armas, y se alegran porque cada hombre que muere, de hambre o de bala, engrosa con algún que otro decimal la ristra de dígitos de su cuenta corriente. Esos hombres siempre salen sonriendo en las noticias, pero además, para oprobio del resto, dan argumentos vacíos, hipócritas y sin convicción.
Pero que hacemos el resto, los que no tenemos ni buscamos tiempo para recuperar nuestros sencillos placeres? Perdemos el tiempo hasta que llegue el día en que miremos hacía atrás y sintamos arrepentimiento? Qué es lo que nos conduce siempre hacía adelante y no nos deja tiempo para reflexionar en lo que queremos? Es acaso la corriente del río? o acaso el grito de los demás que nos empuja hacía ellos?
Perfecto Día.
Acaso no sentimos placer cuando vemos que los demás no son desgraciados? o es que nos hemos hecho de mazapán cuando vemos como la gente muere de hambre y nosotros optamos por un mejor coche?
Qué es un día perfecto?
Acaso apretar el botón rojo? ese que temían en la guerra fría?
Hasta dónde hemos de llegar?